martes, 2 de febrero de 2010




... Allí estabas tú, entre arbustos de plantas ornamentales y macetas con plantas medicinales; disputándote con el tomillo y el romero el monopolio de uno de mis sentidos; tus ojos compitiendo con la clorofila de los orgullosos naranjos. Paseabas entre parterres de cuidadas formas, estatuas de ilustres botánicos ennegrecidas por el paso de los siglos y surtidores de cristalina agua. Ibas con aire de filósofo griego, la cabeza levemente inclinada y el andar pausado. Te giraste para ver si yo seguía ahí, me miraste y me sonreíste. Me olvidé hasta de respirar y a mi cara afloró una patética mueca de aturdimiento. Tu sonrisa se ensanchó hasta los límites de lo imposible, como te gusta hacerme enmudecer. Entrelazaste tus manos con las mías completando el puzzle, el todo incompleto que llevaba demasiado tiempo esperándote. Te acercaste entre risas contenidas, con lentitud, y me besaste, despacio, tranquilo,sereno, susurrándome palabras con los labios. Me volví a olvidar de respirar. Reíste entre dientes y me besaste más deprisa. Allí entre plantas del paleozoico y rosales importados del reino del Sol Naciente, bajo un cielo plomizo, tuve un momento de clara lucidez. Llevaba dieciocho años esperándote sin saberlo, pensándote sin palabras, buscándote en mis sueños. Y ahora que te tengo, que te he encontrado, estaré a tu lado siempre.
-Antonio despierta, tienes cara de estar en las nubes.
No te contesté. No se me ocurría ninguna respuesta ingeniosa, mi elocuencia desaparecía entre tus pestañas. Me limité a sonreírte y a apretarte con fuerza la mano...

Tranquilidad. Respirarte hondo y convertir tu quintaesencia en mi fragancia preferida. Quererte hasta lo imposible, hasta que duela. Tener la absoluta certeza de que siempre sonreiré como un bobo y me olvidaré de respirar.

Segunda parte de ti.

3 comentarios:

Álvaro Salas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Álvaro Salas dijo...

Sigo girando con un movimiento aparentemente eterno alrededor de tus ojos, fúndete con los míos para que nunca puedan separarnos.
Te quiero idiota.

Valero Grácia dijo...

Espero que cuando termine la pasión te quede el amor. Hay mucha gente que busca perderse en un naranjal, y poca que se encuentra dentro.

Un abrazo ;)